martes, 4 de agosto de 2009

CINDY

-Primera parte-Su nombre fue extraído de una de las revistas de moda de los 80s, -se debe llamar Cindy, como la modelo divina esa que sale en todas partes-. Se criará en la modestia de un hogar de economía media, estudiará en un colegio femenino de la ciudad, para que no sea víctima de las mañas que los hombres suelen utilizar para engañar a las niñas. Tendrá su primer novio a los 16 como Dios manda y vivirá toda una juventud siendo algo que por dentro no sentirá ser…... heterosexual.Recuerda que para los días de halloween soñaba con disfrazarse de hombre, tener un sombrero gris, un pantalón, un bigote ¿y por que no? un bultillo entre las piernas para agarrarse parsimoniosamente tal cual como hacían los grandes varones que ella conocía. Sabia que no podría serlo jamás, de hecho nunca quiso serlo verdaderamente, pero la lógica que vendía la sociedad y la urbanidad de Carreño de la época, decía que sólo los hombres podían enamorarse de las mujeres, mientras ella, desvelándose cada noche, se masturbaba en la intimidad imaginando que estaba con Alicia, su mejor amiga.Una que otra vez recuerda haber encubierto su simpatía por la niña que estimulaba sus manos en la oscuridad de su cuarto, con abrazos y besos de mejilla; de esos que sólo las amigas especiales podían darse, y que odiaba por el obstáculo de no poder correr sus labios un poco más a la derecha o a la izquierda según estuvieran los labios de su amor anhelado.El sentimiento de impotencia al no poder enfrentar al mundo con el escudo de su propia realidad la hacia sollozar de tristeza día tras día, momento tras momento; igual que muchos, sentía estar sola en un mundo que la excluía y la hacia sentir extraña aún cuando al observarse en el espejo se veía exactamente igual a los demás.
Vivía la amarga desazón de ser una lesbiana más del closet.Intentó buscar explicación a su condición en todas las partes que la persuasión le supo indicar; libros, revistas, radio, shows de Cristinas, Lauras en Américas, pornografía en Internet y por último Dios.El encuentro con lo espiritual marcó su existencia y partió en dos su historia. -Dios creo hombre y mujer, hombre para mujer y mujer para hombre; lo demás es aberración- leyó. Sintió que el Dios que le dio la vida, había diseñado un cubículo oculto para que pasara el resto de su existencia.Empezaba a resignarse a ser amante de su dedo corazón, a caminar las calles con la resignación de los desahuciados, con la ilusión activada en sueños para ella utópicos aún, donde vivía feliz en callejuelas antiguas, vestidos de época y de la mano de una Alicia que la amaba tal cual ella la amaba.
... continuará

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